REFLEXIONES
DE CÓMO HACER CIENCIA
Autora:
Esp. Lidia Torres
A través del conocimiento
científico, nosotros, los seres humanos, transformamos la manera que
tenemos de pensar y de percibir el mundo que nos rodea, así como
tambien la forma de accionar sobre él. Considerando esta afirmación,
se puede decir, que la enseñanza de la ciencia debe estar intrínseca
en toda la escolaridad del estudiante, permitiéndole aprender a
valorar la importancia del conocimiento científico como herramienta
para gestar cambios en la sociedad y reflexionando sobre la estrecha
relación que existe entre la ciencia y la investigación.
Pero cuando hago énfasis en
que la enseñanza debe estar presente durante toda la escolaridad de
las personas, me refiero a que es importante que los docentes; desde
la educación inicial hasta la universitaria, profundicemos con
nuestros estudiantes acerca de los procesos inherentes a la
costrucción del conocimiento científico. Esto se puede lograr a
partir del diseño, planificación y ejecución de acciones
pedagógicas contentivas de actividades que se adecúen con el nivel
educativo de los estudiantes.
Sin embargo, es importante
destacar el rol primordial que debe cumplir un educador en
cualquier ámbito ya que es preocupante que un cúmulo de docentes
desconozcan la rigurosidad que conlleva el hecho de “hacer
ciencia”, esto se evidencia en sus praxis pedagógicas,
indistintamente del nivel o modalidad en que se desempeñen y se
traduce en que el docente, concebido como facilitador y mediador del
proceso educativo, no puede transmitir a sus estudiantes lo que a él
mismo le hes desconocido, y menos aún ponerlo en práctica. Por lo
tanto, vuelvo a evocar acá la inherente necesidad de ahondar en la
enseñanza de cómo construir el conocimiento ciéntífico, en este
caso, durante la formación universitaria del profesorado.
Educar y enseñar a nuestros
alumnos a “ hacer ciencia” trae consigo una serie da factores, se
requiere no sólo dar a conocer una serie de saberes que forman parte
de una cultura científica; sino también, brindar al alumno la
posibilidad de valorarlos, interpretarlos, ponerlos en práctica,
erradicando definitivamente el modelo tradicional pasivo de la
enseñanza, impulsando de esta manera la formación de un ser
creativo, reflexivo y conocedor de su realidad, características
vitales para la construcción del conocimiento científico, partiendo
de la premisa de que para transformar la realidad, primero debe
conocerla e interpretarla.
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